Historias Reales: Araña Santana
Historias Reales: Encarnación Araña Santana
La Sra. Dña. Encarnación Araña Santana, de origen Canaria, se incorporó como Soldado en el año 2000 al Ejército de Tierra a los 26 años de edad, pasando a estar destinada en el Batallón del Cuartel General de la Brigada «Canaria» XVI. Donde por poseer la Titulación Oficial del Ministerio de Educación de Técnico Auxiliar de Enfermería, pasó a estar destinada de inmediato a la Sección de Sanidad de su unidad, donde cubría los ejercicios de tiro ante la usencia de un médico, hasta que se reguló oficialmente y pasó a ser obligatorio la presencia de un facultativo Licenciado/a en Medicina.
Tras 6 años de servicios a España y con un expediente impoluto, sin sanciones,ni expedientes desfavorables, fue como sanitaria a unas maniobras en Agüimes, Los Corralillos, donde se le ordenó realizar unos ejercicios, uno consistía en una gran caminata, y al día siguiente, se le ordenó la búsqueda de unos puntos geográficos.
Uno de esos puntos, se encontraba en la zona trasera de la montaña del Barranco de Las Palmitas, justo donde está marcado en la imagen anterior.
A ese punto se dirigió la Ex-soldado Encarnación junto a su binomio, subieron toda la montaña que contaba con el terreno suelto y piedras volcánicas, al aproximarse al punto ordenado, ambas se precipitaron por el barranco ladera a bajo.
Como el ejercicio consistía en localizar los puntos y regresar al campamento en un tiempo, no fueron ayudadas por sus compañeros, teniendo que salir juntas arrastrándose como buenamente podían y llegar por su propio pie al campamento, sin que nadie se hubiese percatado de la ausencia de ambas soldados, ya que a su llegada se encontraban cenando.
Tras ser atendida por el Teniente D. Medina, enfermero de las maniobras y el cual aconsejó la evacuación del campamento de ambas soldados, el Capitán Jefe de la Compañía se negó, obligando a las dos estar en el hospital de campaña en unas condiciones más que insuficientes e innecesarias, acostadas en una camilla de tela a ras del suelo, donde el Teniente les curaba las heridas.
Tras pasar tres días en dichas condiciones, se autoriza el traslado al Hospital Militar, donde sin realizarle ninguna prueba médica, es diagnosticada con esguince en ambos tobillos y rodillas, vendándoles ambas piernas y mandándola de baja a su casa, a lo cual, el Capitán de su Compañía le niega, obligándola a pasar la baja de 7:30 a 15 horas en su unidad, con las molestias que eso conlleva por los desplazamientos, tanto para acudir a su unidad, como para volver a su casa.
La Soldado, confió en la valoración del Hospital Militar, por lo que durante su baja acudía a su Unidad, de ahí a rehabilitación en un Land Rover y nuevamente, de regreso a su Unidad, hasta ser la hora de irse a su casa.
Cada vez que el Hospital Militar le daba de alta médica, alegando que no tenía nada, en su Unidad le mandaban hacer las mismas actividades y plan de entrenamiento que el resto de sus compañeros, recayendo cada dos por tres. Así transcurrió todo durante un año, hasta que la Soldado decidió no confiar más en la sanidad militar e ir al médico
del Seguro Adeslas, donde le descubrieron, tras realizarle «ahora sí» las pruebas médicas pertinentes, una rotura de Menisco y Rótulas ulceradas debido a la falta de curación y el diagnostico erróneo del Hospital Militar, por lo que tuvo que ser intervenida en dos ocasiones, posteriormente, siguieron las operaciones de Ligamentos, quedándose sin cartílagos. En 2007 pasó una Junta Médica no Pericial la cual le dictaminan una C4 en apto de servicio, esto es APL (Apto con Limitaciones). En la cuales no podía saltar, ni correr, ni estar en bipedestación prolongada, ni caminarpor terrenos pedregosos.
La situación de APL no se respetaba, por lo que la seguían mandando a hacer ICONES, a hacer la JOTAN en 2008, entre otras muchas actividades de la Unidad que requerían esfuerzos físicos.
Teniendo que ser intervenida casi anualmente de las rodillas hasta que en sus dos últimas operaciones le ponen dos prótesis parciales de titanio en ambas rodillas, con esto sumaban 22 operaciones en ambas rodillas y otra operación de cervicales de las C5, C6, C7 y barra estabilizadora.
En todo este proceso, la Soldado llegó a ser intervenida 23 veces por diversas secuelas del accidente. Negándole el derecho acudir al Hospital de Defensa Gómez Ulla en Madrid, donde se encuentran todos los especialistas de Defensa.
En 2017 le abrieron un Expediente de aptitud Psicofísica y la expulsaron de las Fuerzas Armadas, cobrando solamente el paro, esto se entera tras ir al ISFAS (Instituto Social de las Fuerzas Armadas) a solicitar un talonario de recetas tras ser operada, enterándose de que la han despedido y dejándola sin seguro médico.
En breve debe ser intervenida nuevamente para ponerle unas prótesis completas, ya que las anteriores fueron mal colocada y le han advertido que podría quedarse en silla de ruedas.
En la actualidad le quedan 12 meses de paro, después quedará desamparada, ya que Defensa sólo le reconoce el 16% de minusvalía y por la Seguridad Social le reconocen un 65% de minusvalía permanente, el problema es que al ser accidente laboral, la Seguridad Social no se responsabiliza del pago, porque debe hacerlo Defensa.
Por este motivo está emergida en juicio contra defensa, por lo que su situación se agrava más aún, porque los costes judiciales y de abogados la están dejando en la absoluta desesperación.
Colabora en la recogida de firmas que se está realizando por la situación de la Soldado Araña Santana en el siguiente enlace: Firmas Soldado Santana
Su historia contada por ella
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